domingo, 3 de octubre de 2010

El perro, terapia para el alzhéimer. PAMPAPITBULL


Los canes ayudan en la mejora física, emocional y mental de los pacientes. A través de diferentes juegos y actividades se intenta ralentizar la enfermedad

Los perros son animales de gran utilidad en la sociedad. Muchos conocen su papel como acompañantes, guardianes o guías. Sin embargo, son menos los que han oído hablar de su función como terapeutas.

La caninoterapia lleva realizándose más de un siglo. Los médicos se apoyan en estos animales para tratar enfermedades y hacer que sus pacientes mejoren en el ámbito físico, mental o emocional. Hace años que los canes están siendo empleados en la ayuda a personas con alzhéimer. Esta práctica consiste en hacer que los animales interactúen con los pacientes, consiguiendo que la enfermedad se ralentice.

La ONG Intervención, Ayuda y Emergencias lanzó, en el año 2004, un proyecto novedoso en España promovido por su presidente Moisés Belloch, que consistía en el uso de los perros como terapia en el tratamiento de enfermos de alzhéimer. Se trata de una serie de ejercicios y juegos que ayudan al paciente a mejorar día a día. En cada sesión se emplea un perro y se reúne a todos los pacientes en una sala para favorecer un ambiente de interacción.

Dependiendo del grado en el que se encuentre la enfermedad se realizan diferentes actividades. «Existen varios ejercicios. En uno de ellos el perro lleva un estuche con premios al paciente y éste, una vez que lo recibe, tiene que abrirlo. En otros casos, el perro porta una cesta con utensilios y la persona debe coger aquel que reuna las características que le decimos. Por último, hay actividades un poco más complicadas en las que el paciente debe tocar la pata derecha o izquierda del animal, por ejemplo», afirma Belloch.

El beneficio de estas prácticas radica en que, muchas veces, estos pacientes se muestran reacias a obedecer lo que les dicen los psicólogos; sin embargo, según Moisés Belloch, el perro les transmite una sensación de confianza. «Cuando los enfermos no quieren realizar un ejercicio, con el perro lo consigues, ya que crea un ambiente lúdico», afirma.

Educadores de los menores conflictivos

El centro Teresa de Calcuta albergará, tras un acuerdo firmado ayer, a perros provenientes del Centro Integral de Acogida de Animales (CIAAM). El objetivo es conseguir que los menores conflictivos que acogen en el centro mejoren sus conductas antisociales y delictivas a través de la compañía de perros que ejercerán una labor beneficiosa y terapeútica y que, además, encuentran así un nuevo hogar.

A través del cuidado de los animales, el centro pretende que los internos desarrollen habilidades y recursos nuevos para ellos, como la capacidad de ponerse en el lugar del otro, y mejorar la autoestima. Los perros sirven como elemento mediador en la relacción educativa y como apoyo emocional, sobre todo en los momentos difíciles que atraviesan estos menores.

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